domingo, 25 de agosto de 2013

YO ACUSO

* Al ministro de Justicia, por ignorar la lentitud procesal en los Juzgados sin querer ver la imperiosa necesidad de informatizarlos, permitiendo se consuman y desperdicien innumerables horas de trabajo simplemente cosiendo miles de papeles con hilo y aguja, y su correspondiente almacenamiento,  en pleno siglo XXI. A su vez, propone o apoya el indulto a personajes que se han apropiado indebidamente de millones de Euros, y nunca a favor de quien ha hurtado alimentos por cantidades ridículas de dinero, y no para su negocito sino  para llevar comida a casa.
* A la ministra de Empleo, por redactar las bases de la célebre Reforma Laboral, consiguiendo con ello únicamente incrementar el desempleo que, en sólo un año, ha pasado de algo más de 5 millones a casi 6 millones de parados, sin incluir al ex marido de la Sra. Mato, pues, al parecer, el Estatuto de los Trabajadores no  permitía despedirlo. Por si esto fuera poco, completa su tiempo asomándose a las ventanas televisivas para contarnos historias que no concuerdan con la realidad del día a día que estamos viviendo. Baje a la calle, Señora, y hable con los ciudadanos, los que le votaron y los que no le votaron.
* Al ministro de Hacienda, que ha llevado adelante una reforma fiscal, no solamente incrementando los impuestos indirectos, que pagan todas las clases sociales, sino también los directos, en todos los tramos de la escala, cuando debió aplicar la subida sólo en los tramos más altos. A su vez, lo acuso de no fomentar incentivos fiscales a favor de las empresas, lo que, con total seguridad, supondría la creación de empleo. Un ejemplo: En tiempos de bonanza se creó una deducción sobre la cuota del impuesto de las empresas de 6.000 Euros por cada  empleo nuevo, o incremento de plantilla, de personas con discapacidad, con el fin de favorecer el empleo de éstas, aunque sujeto a  ciertos condicionantes. Ello sigue vigente ¿Por qué hoy, con la situación existente, no se hace extensivo ese incentivo a la creación de empleo de cualquier parado? Sin embargo, ha dedicado su pensamiento a amnistiar fiscalmente a quien blanquee en España dinero negro, de una manera tan sencilla que ni siquiera se exige declarar el origen o procedencia de ese dinero. ¿A quién pretendía beneficiar?
* Al ministro de Economía, que no alcanzó a ver y, por tanto, desaconsejar la Reforma Laboral que  puso en marcha la ministra de Empleo. Su trabajo debe ceñirse a encontrar fórmulas para impulsar la economía— lo que conllevaría inevitablemente  la consiguiente creación de empleo—, en vez de gastar su tiempo en acechar los movimientos de la prima de riesgo y profetizar el fin de la crisis continuamente, dirigiéndose en estos términos  a los españoles, que ya estamos cansados de oír lo mismo sin ver los resultados profetizados.
* Al ministro de Agricultura, para recordarle que los trabajadores del campo, con ocasión del “ladrillazo” que nació a partir de la nueva Ley del Suelo de 1998, emigraron hacia el “ladrillo”, y desde allí emigraron hacia el paro, donde siguen anclados. ¿Qué ha hecho para favorecer la vuelta a sus orígenes, al campo? Cada vez que me como una pera o una manzana me como un fruto de extramuros. A lo que parece, es más interesante para el Tesoro público ingresar derechos aduaneros que impuestos nacidos desde la existencia de  una economía rural apoyada, aunque sólo fuere logísticamente, por el Estado o las autonomías. El campo está desierto de hombres y de cultivos. ¡Qué pena!
* Al Presidente del Gobierno, que, como tal, ha autorizado con su firma los inventos improvisados, infructuosos o erróneos de sus ministros, sin que se hayan medido debidamente las consecuencias que, al menos a corto y medio plazos, podrían producir y están produciendo. Parece que cada ministro mira sólo para su ombligo o cartera, sin considerar las interrelaciones  departamentales y, por tanto, el efecto final que cada norma está produciendo en el ombligo de los ciudadanos, que es siempre  el más importante por su posición de sujeto pasivo frente a cualquier normativa. Quizás el papel principal del pastor es apaciguar a sus ovejas y defenderlas con uñas y dientes frente al lobo. El pastor español no para de hablar a sus ovejas en un intento de apaciguarlas, pero creo que no ha sabido defenderlas enérgicamente frente al lobo alemán. Antes al contrario, primero le ordenó llevar adelante la congestión del gasto a cargo del más débil.  Y ahora se ha permitido la gracia de  decirle que su buen camino no es otro que volar con sus huevos a cuestas hacia Sudamérica. Esto, que parece una coñita, es un insulto, puesto que el citado lobo piensa que el pastor español no sabe ni tan siquiera donde vender  los huevos, ni  la lana, ni la leche de sus ovejitas. Esta coñita, repito, es válida entre amiguillos, pero no entre Estados. Por cierto, a este lobo alemán le están temblando las piernas  después de escuchar recientemente al pastor británico.
* A todos los partidos políticos, por no querer—como decía mi tía Lala—soltar la teta. Ninguno de ellos ha puesto una pica en Flandes para proponer al resto una reducción  del número de miembros de las cámaras a todos sus niveles, como son Congreso, Senado, Parlamentos autonómicos, Diputaciones provinciales, Cabildos insulares canarios y Ayuntamientos. La mitad de esos miembros es más que suficiente para que tales cámaras funcionen. Y a quien no lo crea, que me lo cuente. ¿Cuántos millones de Euros ahorraría el erario público, que podrían destinarse a Educación, Sanidad y Servicios Sociales? Sabios españoles emigran a otros países que les cobijan y pagan bien, porque en nuestro país se  recorta el dinero hasta a la investigación.
* A la Sra. Cospedal, porque está convencida de que yo soy un ignorante cuando dice y repite que el Sr. Bárcenas no “está” en el Partido Popular  desde el año  2009. ¡Señora, por Dios! ¿Es usted boba o a mí me toma por bobo con tan infantil afirmación? Este caballero, efectivamente, no “está” en el Partido, pero sí “está” (hasta hace pocos días) en las oficinas centrales del Partido, perfectamente instalado con todos los servicios y, además, gratis. ¿Qué hacía allí? ¿Para quién trabajaba?
* A las cúpulas sindicales, a todos los niveles, porque nunca  han sugerido ideas concretas para encaminar la economía y, consecuentemente, el empleo. Tampoco han renunciado a un solo Euro de sus emolumentos, o, al menos, no lo han hecho púbico. Lo único que sí han hecho es enviar a los pobres parados a la calle, cargados de pancartas alusivas a sus sindicatos. Les sugiero hablen con sus bases—entiéndase desempleados—y con el Gobierno, proponiendo, por ejemplo, que los parados, voluntariamente y como contraprestación a su raquítica pensión, trabajen 15 horas semanales con transporte gratuito durante un tiempo prudencial y no indefinidamente. Esto no es ninguna barbaridad. Yo he hablado con muchos parados, quienes me hacen comentarios en esta línea como medida para olvidar el tedio y el desencanto que les consume, para sentirse personas. ¿No es cierto que ese camino reactivaría la economía?  ¿No es tan cierto que si la economía crece también crece el empleo?
*Al  Tribunal de Cuentas, que opera con tal lentitud que muchos hechos irregulares no se pueden juzgar por simple prescripción. Sin embargo, sus miembros cobran puntualmente cada fin de mes.
* Por último— y no he acabado con las acusaciones—, YO ME ACUSO de plagiar el TITULO de  un artículo que publicó en 1898 el periodista y escritor francés Émile Zola, con ocasión del triste y célebre caso Dreyfus.
                                                                                Óscar Gutiérrez Ojeda
                                                                                                Febrero  2013

Este artículo fue publicado en La Provincia el 27 FEB 2013

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