domingo, 25 de agosto de 2013

LOS DIAS CORREN..EL TREN NO CORRE



     Los días corren, las 79 personas que perdieron su vida corrieron hacia las estrellas y el maquinista del tren no para de correr en el tren de la culpabilidad, sumido en la pena, la desesperación y la vida sin vida.
¿Culpable de la desgracia? Todas las voces dicen que es el maquinista. Ni tan siquiera citan al revisor o interventor, que cometió la imprudencia—¿o negligencia?—de hablar telefónicamente con el maquinista durante dos minutos en un momento en que, sólo viendo el paisaje, muy conocido, sería motivo más que suficiente para no interrumpir  al maquinista.
Yo recuerdo ir en automóvil de Santiago de Compostela a Vigo acompañado de familiares que llevaban teléfonos móviles. Esos aparatitos nos indicaban el camino a seguir audiovisualmente. Llegando a la periferia de Vigo nos indicó el camino más directo para llegar a nuestro destino, diciéndonos, inclusive, el tiempo que faltaba para llegar. La llegada a casa de nuestro amigo fue puntual. Y esto ocurrió hace dos años.
Recordando este  antecedente, alzo mi voz para decir quién debe ser el PRIMER CULPABLE de esta desgracia: La RENFE.
¿Cómo es posible que en pleno año 2013 exista transporte de personas  por vía férrea  que no disponga de medios  informáticos o electrónicos que superen lo que un simple teléfono móvil es capaz de hacer? Y si hablamos de alta velocidad, ¿cómo es esto posible?
Supongamos que el maquinista sufre un infarto o una pérdida de sentido, aun después de ser sometido a revisiones médicas periódicas. ¿Quién para el tren?, ¿quién evita un choque?, ¿quién reduce la velocidad?. ¿Es que desconocemos la fuerza o impulso que producen toneladas en movimiento?
Ahora, después de la desgracia, parece que el Presidente de RENFE y alguien más sí conocen esa fuerza y se quitan de en medio diciendo que de inmediato se tomarán las medidas adecuadas, tanto en las máquinas como en el trazado de los rieles.
Como decimos en Canarias, después del conejo ido, palos a la madriguera.


                                                                       Óscar Gutiérrez Ojeda
                                                                                         Agosto 2013




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